Para el post de hoy he querido tratar un tema que, aunque no me afecte directamente, sí que me interesa mucho: ser madre a los 40. En mi caso, fue a los 30, una edad media normal. Pero, ahora que voy a cumplir los 40, me pregunto ¿qué sería ser madre ahora? Por eso, he querido indagar, y poder contaros aquí mis impresiones y un resumen de los pros y los contras.
Cambios en la maternidad
Hablemos de la maternidad. Ser madre a los 40 hoy, en pleno 2019, no es lo mismo que serlo hace 20 años, o hace 50 años. La maternidad ha cambiado, así como ha cambiado la fisiología, la vida en pareja, la vida laboral y miles de conceptos asociados a la mujer.
Si bien hace unos años lo que nos preocupaba principalmente era la salud del bebé y las dificultades en el embarazo al ser “tan mayor”, actualmente, las causas de las dudas suelen ser otras bien diferentes.
La atención ya no está tan centrada en las posibles anomalías del bebé, o en el riesgo de abortos, si no en otras didas de carácter psicológico. Aunque, si es verdad que la edad de la madre es un factor a tener en cuenta en la seguridad tanto de ella como del bebé, pero los adelantos en el campo de la salud son tales, que ya no se le da tanta importancia.
No hace más de 30 años, ser madre era casi una “obligación” de la mujer. Una mujer no se sentía realizada como mujer hasta que no conseguía ser madre. Si miramos las mujeres de hoy en día, si nos miramos en el espejo, vemos que esto es bastante diferente.
Hoy el concepto de mujer ha cambiado. Ser madre o no serlo no nos hace menos mujer. Ser madre no es una obligación, si no un acto consensuado entre dos personas, o entre una persona sola que ha decidido llevarlo adelante. Es un acto de responsabilidad. Tanto ser madre como ser padre. Ser progenitor, traer una vida al mundo.
Por eso, desde mi punto de vista y obviando lo anteriormente nombrado (los problemas que puede ocasionar la edad de la madre en un embarazo), lo importante al tener un hijo no es tanto la edad, si no la motivación, las ganas y la razón por la que se hace.
Tener un hijo para arreglar una relación es un error. Tener un hijo por aburrimiento, es un error. Pero ser madre a los 40, si realmente se desea, puede ser maravilloso.
Ventajas de ser madre a los 40
En el terreno emocional y afectivo, una mujer de 40 años tiene mucho más recorrido que una mujer entre los 20 y los 30 (la mejor edad en términos de salud y fertilidad). A medida de crecemos, maduramos y nos vamos consolidando como personas. Vamos haciéndonos más estables y vamos teniendo más claro quiénes somos y qué queremos.
Por otra parte, lo normal es que a esa edad nuestra situación económica sea mejor que con 25 años. Quizás hasta tenemos unos ahorros. Cosa que, yo hace 15 años, veía inviable con mi sueldo de 1000 euros al mes. No quiero imaginarme cómo de difícil lo tendrán los jóvenes de hoy, que, dando gracias, cobran el sueldo mínimo de 900 euros. Los trabajos y sueldos precarios, los precios del alquiler, la falta de estabilidad laboral son una realidad, y son los principales motivos por los que las mujeres se plantean retrasar su maternidad.
Si se tiene pareja (ya sea una relación duradera o una que acaba de empezar hace no mucho) suele ser una pareja con unas bases más estables, más maduras. Las relaciones a esta edad se van tejiendo con más paciencia, con más calma y más experiencia. Por eso, los que deciden ser padres a los 40 suelen tener menos problemas a la hora de saber educar a un hijo, y menos problemas entre ellos en los momentos difícil de la paternidad.
Si ha sido una decisión a largo plazo, es decir, si cuando tenías 30 dijiste “hasta los 40 no quiero ser madre”, entonces habrás disfrutado de la juventud de otra manera. El hecho de ser madre, aunque es un acto maravilloso, que te da una alegría que no te la da nada más, también te coarta. Tener un hijo es saber que vas a estar 18 años (como poco) atada a esa persona. Por eso hablo de la responsabilidad que conlleva tener hijos. Hay que dedicarles mucho tiempo, y hay que tener mucha paciencia. ¿Merece la pena? Si me lo preguntas a mí, obviamente sí. Pero, hay que tenerlo claro.
Si quieres viajar, tener una vida un poco más nómada de lo normal, te gusta salir, hacer muchos planes… quizás lo mejor para ti es posponer la maternidad. Por eso, creo que ser madre a los 40 es una ventaja para muchos tipos de personas. Sin embargo, hay otras que querrán ser madre antes y lo de no viajar o no salir de fiesta, no será un esfuerzo.
Contras de ser madre a los 40
La peor parte de ser madre a los 40 son los cambios físicos que tiene un embarazo en el cuerpo de la madre y los posibles problemas para el bebé.
La edad influye sobre la calidad de los óvulos y de los espermatozoides. Es por esto, que cuanto mayor sean los progenitores, mayor será la posibilidad de padecer trastornos cromosómicos, como Síndrome de Down. Aunque, con la prueba de la amniocentesis se puede detectar a tiempo, y serán los padres los que decidan si seguir adelante o no con el embarazo.
La madre corre más riesgo de presentar la presión arterial alta y diabetes durante el embarazo, que son desórdenes que no suponen ningún problema si se diagnostican y se tratan a tiempo. A causa de esto, durante un embarazo a esta edad hay que acudir más frecuentemente al médico y realizarse pruebas y exámenes constantemente.
A partir de los 35 años, los huesos y músculos son menos elásticos, lo que aumentan la posibilidad de cesárea.
Uno de los datos que quiero compartir con vosotras es que, en 2018, dieron a luz más mujeres de 40 años que de 27. Lo que nos da una información importante de en qué situación sociocultural nos encontramos ahora mismo en España. Cada día es más difícil ser una madre joven, los sueldos nos ayudan, y las mentalidades están cambiando.
Espero que os haya resultado interesante y útil este post, tanto como me ha resultado a mí escribirlo e investigar sobre el tema. Y vosotras, ¿seríais madre a los 40? ¡Un saludo!
