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yoga para embarazadas

Yoga para embarazadas

Llevo años practicando yoga, y siempre imaginé que, cuando me quedara embarazada, asistiría a clases de yoga para embarazadas. Aunque esta ilusión desapareció cuando entraron en escena las náuseas, el cansacio y las migrañas. Lo que no sabía era que el yoga no solo aliviaría estas molestias típicas del embarazo, sino que también prepararía mi mente, cuerpo y espíritu para la maternidad.

Beneficios del yoga para embarazadas

Beneficios físicos

  • Estimula la circulación sanguínea y el retorno venoso de las piernas, previniendo edemas o varices.
  • Incrementa las posibilidades de tener un parto natural y contribuye a una mejor recuperación posparto, tanto por la reducción del estrés como por las mayores flexibilización, apertura y fortalecimiento que se logran con las asanas. El yoga contribuye de igual forma a reducir el dolor y las complicaciones en el parto.
  • Las posturas o asanas realizadas durante las clases mejoran la higiene postural, lo que puede ayudar a enfrentar problemas posturales típicos como la hiperlordosis.
  • Ayuda a mantener en forma el suelo pélvico.

Beneficios mentales

  • Reduce el estrés, lo que se traduce en menores molestias físicas, menos ansiedad e insomnio y un mejor parto. Se trata, sin duda, de un factor clave para un mayor disfrute del embarazo.
  • Ayuda a relajarse: una buena clase de yoga prenatal hará disminuir el ritmo cardíaco y la tensión, la respiración se hace más rítimica y profunda y las hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, se disipan.
  • La asistencia a clases de yoga prenatal permite entrar en contacto con otras mujeres en estado de gestación, creando así una red de apoyo entre todas al compartir experiencias, emociones y dificultades.

Las mejores posturas para embarazadas

Hay posturas típicas de una clase de yoga que también pueden formar parte habitual de una clase de yoga prenatal: los saludos al sol, las diferentes posturas de guerreros, el perro boca abajo, el niño, o posturas de equilibrio como el árbol.

En general se potencian las asanas o movimientos en los que se balancea la pelvis, aquellas en las que se estiran o abren los costados, y las que abren el pecho, para reducir molestias en la espalda, ya que fortalecen los músculos dorsales y lumbares.

Algunos ejemplos de posturas típicas de una clase de yoga para embarazadas:

  • Virasana. Postura del héroe con una respiración de bebé feliz: este tipo de respiración calma el sistema nervioso y aumenta el flujo de oxígeno en el útero, en beneficio de la madre y el hijo. A muchas mujeres les resulta de gran ayuda durante el parto y el alumbramiento.
  • Virsasana. Postura del Héroe con los brazos en la postura de la Diosa: Esta postura tan sencilla estirará y fortalecerá la región lumbar, hombros y brazos (y te prepara para, cuando seas madre, coger en brazos a tu bebé).
  • Postura del cachorro. Una buena alternativa del Perro hacia Abajo, aportando la misma sensación de estiramiento de la columna.
  • Oso Polar, que es una cómoda alternativa a la Postura del Niño. La forma invertida de la postura ayuda a aliviar la presión del suelo pélvico y de la columna.

Posturas que no deberían realizarse

La seguridad en las clases de yoga prenatal debe ser lo primero, por eso no deberíamos encontrar posturas que sean potencialmente peligrosas durante el embarazo, como por ejemplo las rotaciones, flexiones o inclinaciones intensas, y las posturas tumbadas boca abajo.

Cuándo y cómo iniciarse en el yoga prenatal

Algunas mujeres descubren que, durante el primer trimestre de embarazo, la práctica de yoga les ayuda con el cansancio y las náuseas. La mayoría, sin embargo, prefiere esperar hasta finalizar el primer trimestre para comenzar, especialmente si han sufrido un historial de abortos o infertilidad.

Es importante destacar que, antes de empezar cualquier actividad física durante el embarazo, hay que tomar ciertas precauciones y siempre consultarlo con un profesional de la salud, para asegurarte de que no suponga ningún riesgo para ti o para tu bebé.

Una vez nos hayamos asegurado de que no existe ningún tipo de riesgo, lo más interesante sería buscar una profesora con experiencia y especializada en el yoga prenatal que te ayude a sacar el máximo provecho de esta técnica, y además podrás confiar en que evitará las torsiones, inclinaciones o flexiones demasiado intensas y vigilará que la habitación esté a la temperatura correcta.

En conclusión, el yoga prenatal es de las mejores alternativas de actividad física para embarazadas, no solo por los beneficios físicos que se obtienen sino por las ventajas y herramientas que adquieres a nivel mental y que te pueden ayudar no solo en la práctica del yoga, sino para afrontar el parto y la maternidad. Siempre que hayas consultado con tu médico y sea seguro para ti, te animo a practicarlo.

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